El gran reto de las velas lumínicas para viajes interestelares: que no se rasguen ni se fundan
El ambicioso proyecto internacional Breakthrough Starshot, puesto en marcha en 2016 por Yuri Milner y Stephen Hawking, y que está financiado por la fundación establecida por Yuri y Julia Milner, prevé el diseño de una nave espacial ultraligera, que poseerá una vela lumínica. Una vela de este tipo funciona de manera parecida a como lo hace una vela de barco, pero en vez de recibir la presión del viento recibe la de los fotones de la luz. Gracias a la vela, la sonda podrá viajar con una velocidad sin precedentes para recorrer en unos 20 años la distancia de 4,2 años-luz que hay entre la Tierra y el sistema de la estrella Próxima Centauri, la más cercana al Sol. Para poder ser tan veloz, es imprescindible que la nave tenga una masa tan pequeña como sea posible, inferior a un kilogramo. Gran parte de las investigaciones anteriores en este campo se han basado en la creencia de que el Sol proporcionaría pasivamente toda la energía que las velas necesitarían para poner en movimiento a la nave. Sin embargo, la gran velocidad que deberá alcanzar la nave de Breakthrough Starshot para tardar solo 20 años en realizar su viaje interestelar requiere recurrir una fuente de energía mucho más concentrada.
Fuente: NCYT