• 02 de noviembre de 2024
  • 00 : 00 : 00

Robonautas, la próxima frontera de la exploración espacial

“Se necesitan robots que puedan ayudar”, dice Naoko Yamazaki, la segunda mujer astronauta de Japón en volar al espacio. “Eventualmente, deberíamos hacer tareas de forma remota o que se hagan cargo por completo”.

A medida que la NASA abre la Estación Espacial Internacional a empresas privadas y se embarca en la misión de Artemis para enviar astronautas de regreso a la luna, hay un reconocimiento creciente de la necesidad de mantener el gasto bajo control.

Ahí es donde intervienen las tecnologías de avatar. Al igual que un piloto de drones, un operador equipado con pantallas envolventes o auriculares con realidad virtual podrá mover brazos mecánicos o un robot completo a distancia. Los bloques ya existen; el truco es unirlos con software para que todo funcione. Esa es una de las razones por las cuales se proyecta que el mercado de la robótica espacial alcance los 4 mil 400 millones de dólares para 2023.

“Las tecnologías avatar ampliarán la oportunidad de investigación en el espacio”, dice Anousheh Ansari, la primera mujer musulmana en ir al espacio. “Podemos tener lo mejor de ambos mundos” de robots y curiosidad humana, inteligencia e interactividad, dijo.

Sho Nakanose, director ejecutivo de Gitai, con sede en Tokio y San Francisco, apuesta a que tiene la solución correcta. Está desarrollando un robot que puede ser operado desde la Tierra, manejando tareas que normalmente requerirían de un astronauta.

“Veremos una era en la que los humanos estarán trabajando en el espacio, no solo yendo al espacio”, asegura Nakanose. “Queremos que nuestros robots creen bases para Blue Origin y SpaceX”.

Nakanose, exingeniero de sistemas de IBM, se fue de la firma para lanzar una startup tecnológica en India, y construyó robots para divertirse. Finalmente, decidió que las máquinas diseñadas para trabajar en el espacio tenían el potencial de convertirse en un negocio importante en una industria donde los costos de viaje son altísimos.

El proveedor de lanzamiento comercial SpaceX, fundado por Elon Musk, creó su negocio para reducir el costo de los viajes espaciales. 

Los cohetes de la compañía con sede en Hawthorne, California, cuestan menos de 60 millones de dólares por lanzamiento a órbita terrestre baja, en comparación con más de 400 millones para un lanzamiento típico. La compañía también está trabajando para reducir el costo de enviar humanos al espacio y eventualmente establecer bases en la luna y Marte.

Fuente:EF