La contaminación por plásticos es uno de los problemas medioambientales más evidentes.
Cada año se producen un total de 300 millones de toneladas de plástico. De ellas, se estima que ocho millones acaban directamente en los mares y océanos de nuestro planeta.
A consecuencia de esta invasión plástica, los mares y océanos también se llenan de residuos plásticos, tal y como confirma el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y otros informes.
Según los expertos, el tiempo promedio para biodegradarse es de 50 años para vasos de plástico, 200 años para pajitas y 450 años para botellas de plástico.
A pesar de las alternativas que se están generando y un incremento en la concienciación social, lo cierto es que sigue habiendo una dependencia en el uso de plásticos.
Pero de seguirse la siguiente solución (y sobre todo de ser apoyada por gobiernos e instituciones) puede haber un antes y después para revertir los efectos y deterioro de los ecosistemas marinos, y de la biodiversidad marina.
La ingeniera química Sharon Barak emprendió un importante proyecto con un objetivo tan ambicioso como solucionar el problema de la contaminación de plásticos.
La israelí trabajaba en una fábrica de plásticos cuando se lanzó a la aventura de su propia startup y diseñó un elemento que parecía increíble, un material que cumple las mismas funciones del plástico, no es plástico y, lo mejor de todo, se disuelve en agua.
Barak es la fundadora y CEO de Solutum, quien ganara el tercer certamen anual de la Coller School of Management de la Universidad de Tel Aviv.
El producto desarrollado en Solutum “no es plástico, pero se ve y se siente como si lo fuera”, explica la ingeniera.
Junto a su equipo pasaron mucho tiempo mezclando componentes diferentes, hasta que finalmente encontraron la fórmula correcta. El plástico “falso” que Sharon inventó consiste en materiales 100% ecológicos que se disuelven fácilmente en agua y se convierten en parte de la naturaleza.
Según explican “Después de años de intensa investigación y desarrollo, hemos logrado producir un compuesto ecológico único que brinda la mejor experiencia de usuario. El exclusivo proceso de fabricación permite el uso de maquinaria de plástico regular para crear nuestros productos, lo que reduce los costos y cumple con los requisitos de los fabricantes”.
El producto es tan seguro y natural que incluso puedes beber su solución en agua. Si una bolsa hecha de este producto llega accidentalmente al océano, se convertirá en parte de ella en solo unos minutos, sin representar una amenaza para los animales marinos.
Esta compañía se ha marcado como ambiciosa mision el reemplazar los billones de bolsas de plástico utilizadas anualmente por diversas industrias y clientes privados, que contaminan el medio ambiente y los océanos. Su enfoque inicial es en bolsas de basura y bolsas para las industrias de cemento, empaque y alimentos.
Aquí un vídeo donde la protagonista de esta increíble solución explica su trabajo. https://youtu.be/JqIi0RktjM4
Fuente original: Bright Side